Gabriel Jesus Almendarez Cuadra was an exemplary son, always respectful and full of gratitude towards his parents, Hector and Diana Almendarez, who raised him with love, values and dedication. His relationship with them was an example of respect and admiration. Since childhood, he stood out for his affection towards his mother, who was his confidant and guide, and his father, with whom he shared his love for sports, the values of life and work. His love for them was infinite, and he always found ways to make them feel proud and happy, such as with the completion of his university studies in Political Science at Kansas State University in Manhattan, Kansas.
He was an older and protective brother to Hector Samuel and Linda Diana Almendarez, who saw him as an example to follow, a safe haven and their best friend. He was always there to listen to them, support them and guide them, celebrating their achievements and comforting them in difficult times. His presence was the beacon that illuminated their lives and his departure leaves a deep void that they will fill with their memories, laughter and teachings. Younger brother of Melba Susana, Héctor Frederick Alexander, Eloidina, José Miguel (QDDG) and Carmen Almendarez whom he always considered an essential part of his life. He always lovingly watched over his loved ones, and was a faithful friend whose unconditional support inspired those around him. He was always respectful and affectionate with his grandmother, uncles, cousins and nephews.
In his life, Gabriel Jesús found a deep and true love with his partner, Kelsey Canizales. From the moment their paths crossed, they shared not only moments of happiness and complicity, but also dreams, challenges and the commitment to build a future together. He was a loving, attentive and generous partner. His relationship with Kelsey was a reflection of his noble and kind character. He admired and respected her deeply, celebrating each of her achievements and being her unconditional support in difficult times. Together they found in love the strength to face life with courage and hope, building a bond that went beyond words. They were inseparable, life and adventure partners, and although their time together was brief, their love was immense, pure and eternal. He became a beloved and respected member of his in-laws, he was an older brother and protector to Edison Jr., Noemí and Oziel and another son to Edison and Ivis Santos who welcomed him into their home with open arms and loved him as a member of the family. His innate kindness and love for children and animals were reflections of his noble and generous soul. He enjoyed spending time with the little ones, giving them smiles and moments that they treasured. He went on a missionary trip to Africa with his sister Linda Diana to care for and serve children. He found peace and companionship in the care of his beloved pets Rocky, Balboa, Peeps & Baby whom he cared for responsibly as if they were his children.
A passionate boxing lover, Gabriel Jesus found discipline, strength and motivation in this sport. Whether practicing it or enjoying a night of fights, boxing was one of his great pleasures. His free time at home was spent playing video games with his brothers, cousins and friends. In the workplace, Gabriel Jesus stood out for his dedication, responsibility and tireless spirit.
He was always an exemplary worker, committed to each task and respectful of his colleagues and superiors. In his work at City Hall in Manhattan, Kansas, he left an indelible mark thanks to his work ethic, his willingness to help others and his constant effort to give his best. Those who had the privilege of working alongside him remember him as a kind and supportive colleague, always willing to offer a smile or a word of encouragement. His positive attitude and sense of humor made difficult days more bearable, while his determination and dedication inspired others to work with the same commitment.
We will always remember his kindness, his contagious laugh and his good nature. He was a person who lived with humility and dedication, illuminating the lives of those who were fortunate enough to know and love him.
Gabriel Jesus passed away to be with the Lord, at the age of 27, leaving an indelible mark on the hearts of those who knew him. His love and memory will remain alive in the hearts of his family, his partner, and all those who loved him. Today we have the consolation of having been part of his life and of knowing that his spirit continues to accompany us, with the certainty that he now rests in peace, transformed into an angel who watches over us all and with the hope of meeting again on the final day. “The people we love never leave us, they only walk beside us in silence, lighting our way.” Rest in peace, dear Gabriel Jesus. Your memory will live forever in our hearts.
Gabriel Jesús Almendarez Cuadra, fue un hijo ejemplar, siempre respetuoso y lleno de gratitud hacia sus padres Héctor y Diana Almendarez, quienes lo formaron con amor, valores y dedicación. Su relación con ellos era un ejemplo de respeto y admiración. Desde niño, se destacó por su cariño hacia su madre, quien fue su confidente y guía, y su padre, con quien compartió su amor por los deportes, los valores de la vida y el trabajo. Su amor hacia ellos era infinito, y siempre encontró maneras de hacerlos sentir orgullosos y felices como con la culminación de sus estudios universitarios en Ciencias Políticas en Kansas State University en Manhattan, Kansas.
Hermano mayor y protector con Héctor Samuel y Linda Diana Almendarez, quienes lo veían como un ejemplo a seguir, un refugio seguro y su mejor amigo. Siempre estuvo ahí para escucharlos, apoyarlos y guiarlos, celebrando sus logros y consolándolos en los momentos difíciles. Su presencia fue el faro que iluminó sus vidas y su partida deja un profundo vacío que llenarán con sus recuerdos, risas y enseñanzas. Hermano menor de Melba Susana, Héctor Frederick Alexander, Eloidina, José Miguel (QDDG) y Carmen Almendarez a quienes siempre consideró una parte esencial de su vida. Siempre velaba con cariño por sus seres queridos, y fue un amigo fiel cuyo apoyo incondicional inspiraba a quienes lo rodeaban. Siempre se mostró respetuoso y cariñoso con su abuela, tios(as), primos(as) y sobrinos (as).
En su vida, Gabriel Jesús encontró un amor profundo y verdadero junto a su compañera, Kelsey Canizales. Desde el momento en que sus caminos se cruzaron, compartieron no solo momentos de felicidad y complicidad, sino también sueños, desafíos y el compromiso de construir un futuro juntos. Fue un compañero amoroso, atento y generoso. Su relación con Kelsey fue un reflejo de su carácter noble y bondadoso. La admiraba y respetaba profundamente, celebrando cada uno de sus logros y siendo su apoyo incondicional en los momentos difíciles. Juntos encontraron en el amor la fortaleza para enfrentar la vida con valentía y esperanza, construyendo un vínculo que iba más allá de las palabras. Eran inseparables, compañeros de vida y de aventuras, y aunque su tiempo juntos fue breve, su amor fue inmenso, puro y eterno. Se convirtió en un miembro querido y respetado de su familia política, fue un hermano mayor y protector para Edison Jr., Noemí y Oziel y un hijo más para Edison e Ivis Santos quienes lo recibieron en su hogar con los brazos abiertos y lo amaron como a un miembro más de la familia. Su bondad innata y su amor por los niños y los animales eran reflejos de su alma noble y generosa. Disfrutaba compartir tiempo con los más pequeños, regalándoles sonrisas y momentos que atesoraban, realizó un viaje misionero a África en compañía de su hermana Linda Diana para atender y servir a niños, encontraba paz y compañía en el cuidado de sus amadas mascotas Rocky, Balboa, Peeps & Baby a quienes cuidaba responsablemente como si fuesen sus hijos.
Amante apasionado del boxeo, Gabriel Jesús encontraba en este deporte disciplina, fuerza y motivación. Ya fuera practicándolo o disfrutando de una noche de peleas, el boxeo era uno de sus grandes placeres. Su tiempo libre en casa lo compartía y disfrutaba jugando videojuegos con sus hermanos, primos y amigos. En el ámbito laboral, Gabriel Jesús destacó por su dedicación, responsabilidad y espíritu incansable. Siempre fue un trabajador ejemplar, comprometido con cada tarea y respetuoso con sus compañeros y superiores.
En su trabajo en City Hall de la ciudad de Manhattan, Kansas, dejó una marca imborrable gracias a su ética de trabajo, su disposición para ayudar a los demás y su constante esfuerzo por dar lo mejor de sí. Quienes tuvieron el privilegio de trabajar a su lado lo recuerdan como un compañero amable y solidario, siempre dispuesto a ofrecer una sonrisa o una palabra de aliento. Su actitud positiva y su sentido del humor hicieron más llevaderos los días difíciles, mientras que su determinación y entrega inspiraban a otros a trabajar con el mismo compromiso.
Recordaremos siempre su amabilidad, su risa contagiosa y su carácter bondadoso. Era una persona que vivía con humildad y entrega, iluminando la vida de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y amarlo.
Gabriel Jesús partió a la presencia del Señor a los 27 años, dejando una huella imborrable en los corazones de quienes lo conocieron. Su amor y su memoria permanecerán vivos en el corazón de su familia, su pareja, y todos aquellos que lo amaron. Hoy tenemos el consuelo de haber sido parte de su vida y de saber que su espíritu sigue acompañándonos, con la certeza de que ahora descansa en paz, convertido en un ángel que vela por todos y con la esperanza de reencontrarnos en el día final. “Las personas que amamos nunca nos dejan, solo caminan a nuestro lado en silencio, iluminando nuestro camino.” Descansa en paz, querido Gabriel Jesús. Tu memoria vivirá eternamente en nuestros corazones.
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